Infección fúngica invasora

Las infecciones fúngicas invasoras son poco frecuentes, excepto en ciertos grupos de pacientes con déficits inmunitarios y son muy raras en individuos con sistemas inmunitarios normales.  En algunas personas con el sistema inmunitario dañado, el periodo de riesgo es corto, como en los que tienen neutropenia de pocos días de duración tras un curso de quimioterapia. Por el contrario, en otros pacientes, el riesgo es prolongado y determinado por la reversibilidad del déficit inmunitario. Un ejemplo ilustrativo es el trasplante renal. Al principio, el paciente tiene un riesgo elevado, ya que esta muy inmunodeprimido por el tratamiento que se administra para prevenir el rechazo del nuevo órgano. Según va pasando el tiempo, las dosis de los fármacos anti rechazo se van disminuyendo y por tanto, el riesgo de infección también decrece pero vuelve a reaparecer si se produce un nuevo rechazo del riñón implantado. Si en esta fase el paciente adquiere una infección fúngica grave, una opción terapéutica es detener el tratamiento anti rechazo y sacrificar el riñón injertado lo que suele permitir la supervivencia del paciente.

El sistema inmunitario es complejo e interconectado. Pocas pruebas diagnósticas dan la suficiente información para conseguir un buen manejo del mismo en un tiempo determinado. Así, en pacientes HIV+, el número de CD4 es una medida imprecisa, pero útil, del estado inmunitario del paciente. En pacientes leucémicos, el número de  neutrófilos es otra media aproximada del riesgo. En personas tratadas con corticosteroides, la dosis y la duración de los mismos son medidas aproximadas, que informan de las posibilidades que tiene el paciente de sobrevivir a una infección fúngica invasora. Tras una infección bacteriana, una cirugía o un traumatismo, el sistema inmunitario alcanza una activación máxima para pasar, de forma natural, a la inmunoparálisis, que evita los efectos dañinos de la máxima activación que pueden llevar a la muerte del paciente. En esta fase de inmunoparálisis, el riesgo de infección fúngica es elevado.

En general, un médico experimentado es capaz de calcular el estado neto de inmunosupresión de un paciente. Este cálculo impreciso ayuda a la elección de los posibles diagnósticos y del tratamiento empírico que luego se refina con los resultados de las pruebas, la tolerancia al tratamiento elegido y sus interacciones y los factores ambientales.

La experiencia clínica, combinada con la disponibilidad de técnicas diagnósticas rápidas y precisas, son los factores mas determinantes en la supervivencia de un paciente que padece una infección fúngica invasora.

Las infecciones fúngicas invasoras mas frecuentes son:

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